Seguramente hayas visto esas patatas asadas que están cortadas a rodajas, en forma de acordeón. Pues bien, se trata de las famosas patatas Hasselback, un plato procedente de Suecia.
Más concretamente, las patatas Hasselback se inventaron en el restaurante del hotel Hasselbacken, situado en el parque Djurgarden de Estocolmo (Suecia). A los cocineros de este prestigioso restaurante se les ocurrió crear algo especial para acompañar sus platos, y así es como nació una de las formas más atractivas y originales de preparar patatas asadas. Y no nos extraña que tan exitoso plato naciera precisamente aquí, ya que desde que el cocinero Jacob William Davidson abrió las puertas del restaurante Hasselbacken en 1853, el restaurante se convirtió en un referente de la cocina sueca.
Este restaurante estaba situado en el edificio del Hazel Hill, que llevaba recibiendo a la clientela más exclusiva desde el año 1816. En 1872 un incendio arrasó con las instalaciones, así que durante la reconstrucción se aprovechó para modernizar el edificio y convertirlo en un hotel de lujo que encajara más con la fama que estaba adquiriendo. Se construyó el hotel-spa Hasselbacken que conocemos ahora, que muy pronto se convirtió en la principal atracción turística de la zona. Años más tarde, más concretamente en 1947, nació allí la primera escuela-cocina de Suecia, que estuvo alojada en esa sede hasta 1969. De allí, además de algunos de los más grandes cocineros de la época, salieron las fabulosas patatas Hasselback.
Cómo preparar patatas Hasselback
El secreto de estas patatas es que queden crujientes por fuera, y jugosas por dentro. Lo que más nos gusta de ellas, además de lo sabrosas que quedan, es que prepararlas es facilísimo.
Ingredientes:
- Patatas. La variedad más apropiada es la monalisa, aunque utilizando patata agria también conseguirás un punto crujiente que te encantará.
- Sal y pimienta.
- Mantequilla.
- Pan rallado.
Modo de preparar tus patatas Hasselback:
Lo primero que tenemos que hacer es escoger bien las patatas. Es muy importante que todas tengan más o menos el mismo tamaño, para que tarden lo mismo en hacerse. Si hubiera mucha diferencia de tamaño, las más grandes podrían quedarse crudas y las más pequeñas podrían quemarse. También puedes fijarte en si alguna tiene un lado un poco plano. Así, será más fácil que se mantenga derecha, en lugar de rodar hacia los lados.
Lavamos muy bien las patatas, eliminando cualquier rastro de tierra. Esto es muy importante, ya que las vamos a asar con piel.
Lo siguiente que tenemos que hacer es cortarlas. Lo haremos en rodajas muy finas, de aproximadamente medio centímetro de grosor. El llamativo corte de las patatas Hasselback consiste en hacer las rodajas sin llegar a cortar la patata por completo. Hacerlo a pulso sería bastante complicado, así que hay algunos trucos que puedes utilizar:
Por ejemplo, puedes introducir un palillo o varilla de brochetas, atravesando la patata tumbada. Así, al cortar, el palillo frenará al cuchillo y no llegarás hasta el final de la patata.
También podrías utilizar un cucharón. Si ponemos la patata dentro del cucharón, los bordes también impedirán que el cuchillo corte por completo la patata.
Pero sin duda, lo más fácil es utilizar una tabla especial para cortar patatas al estilo Hasselback. Se trata de una tabla de madera, muy parecida a una jabonera. Sólo tenemos que acostar la patata en el hueco ovalado, y cortar las rodajas.
Una vez que tenemos cortadas nuestras patatas, las metemos en un recipiente con agua fría y las remojamos bien para que pierdan algo de almidón. Separaremos un poco las rodajas, pero teniendo mucho cuidado de que no se corten del todo.
A continuación, si queremos seguir la receta tradicional, las untamos con mantequilla y espolvoreamos sal y pimienta por encima. Si quieres que queden aún más crujientes, puedes poner un poco de pan rallado por encima de las patatas. Las metemos en el horno a una temperatura de 200 grados durante unos 40 minutos. El tiempo variará dependiendo del tamaño de las patatas, así que tendrás que ir controlando que estén hechas por dentro con la ayuda de un palillo o tenedor.
Experimenta con tus patatas Hasselback
Como hemos dicho anteriormente, una de las mejores cosas de este plato es que admite todo tipo de ingredientes, así que te recomendamos que experimentes. Puedes probar con diferentes especias, con alioli, aceite de oliva… Y también es muy común prepararlas con beicon y queso, o utilizándolas como base para unos huevos rotos con jamón.