La noche de San Juan se acerca y como cada año empezamos a oír hablar de magia, de hierbas y de ritos. ¿Sabes que las patatas también tienen su hueco en esta fecha tan especial?
Las patatas y la magia
Seguramente nunca se te había pasado por la cabeza que las patatas pudieran tener algo mágico; son tan… cotidianas, que tenerlas en casa y comerlas frecuentemente nos parece lo más natural del mundo.
Pero hubo un tiempo en que la patata era algo nuevo, traído de tierras desconocidas y lejanas, y a los europeos nos parecía cualquier cosa menos normal. Así que prácticamente desde que llegó a Europa, este tubérculo estuvo señalado como algo maldito.
Por ejemplo, en Escocia y el norte de Irlanda los protestantes se negaron a consumirla porque no aparecía en la Biblia. Sin embargo, en el sur de Irlanda, los católicos no tuvieron ningún problema en hacerlo, e incluso llevaban a cabo rituales como verter agua bendita sobre las semillas antes de plantarlas el día de Viernes Santo.
¿Y todo esto por qué?
Hay varias razones: por un lado la época en la que la patata se estaba introduciendo como alimento en Europa coincide con unos años en los que grandes epidemias como la peste diezmaban la población, y el desconocimiento hacía que los campesinos asociaran la alta mortalidad con el aumento del consumo de la patata.
Además, la patata es un pariente lejano de algunas plantas que tradicionalmente han sido asociadas con las brujas, como la belladona y la mandrágora, y por eso había quien la utilizaba en nombre de la brujería. El ejemplo más extremo lo encontramos en algunas zonas de Sicilia, donde las patatas eran utilizadas como muñecas de vudú, siendo enterradas junto al nombre de alguien para desearle la muerte.
Así que ya sabes, si estás buscando algún elemento para la noche de San Juan, seguramente lo encuentres en tu cocina.
