Cultivar patatas en Marte tal vez suene disparatado, pero está más cerca de lo que imaginas.
Will Rust, director creativo de la agencia publicitaria Memac Ogilvy de Dubai, lanzó la disparatada idea de cultivar en Marte con el fin de hacer ver a la gente que si se consiguiera obtener patatas en condiciones medioambientales extremas, se podría paliar en cierto modo el hambre en el mundo.
Pero la idea es mucho más seria de lo que parece, y unos científicos del Centro Internacional de la Papa de Lima, en colaboración con la NASA, van a intentar reproducir en un laboratorio las condiciones meteorológicas de Marte para ver si sería posible obtener patatas en el Planeta Rojo.
Gracias al experimento sabremos si en el futuro se podrá cultivar patatas en Marte, y además (algo mucho más útil a corto plazo), se verá qué tipo de cultivos pueden sobrevivir a unas condiciones medioambientales extremas, como las que se dan en algunos lugares de la Tierra, resolviendo así el enigma planteado por Rust.
Algo parecido se intentó ya en 2014, cuando un equipo de la Universidad de Wageningen (Holanda), liderado por el investigador Wieger Wamelink, recreó las condiciones del suelo de Marte con suelo volcánico procedente de Hawai. El proyecto, que también estuvo supervisado por la NASA, demostró que las plantas podrían crecer en este tipo de suelo, aunque las condiciones recreadas no fueron tan exactas como las que se están preparando en Lima.
Pero la patata ya tiene una amplia experiencia fuera del planeta Tierra. En 1995 se convirtió en el primer cultivo espacial, en un intento de la NASA por obtener alimento para los astronautas que se vieran obligados a permanecer largas temporadas en el espacio. Aún no podemos encontrar patatas espaciales en las tiendas, pero gracias a este experimento hemos conseguido mejorar el cultivo del tubérculo en la Tierra.
Teniendo en cuenta que la patata es el cuarto cultivo más consumido en el mundo, y que los seres humanos llevamos comiéndola casi 4.000 años como parte fundamental de nuestra dieta, no es de extrañar que los científicos hayan elegido este alimento para llevar a cabo sus proyectos.